Suffering Hour es una banda americana de black/death metal que publica un EP de 5 temas, Impelling Rebirth. Mezclan con mucho tino la velocidad endiablada del black metal y sus partes más atmosféricas con las partes más intrincadas del death metal. Incluso el sonido es una mezcla perfecta, con una base rítmica de sonido más cercano al death metal y unas guitarras que son propias del black. No tiene en absoluto mala pinta.
Siempre es un placer volver a escuchar a Matt Barlow, y por eso New Messiahs, el último trabajo de Ashes of Ares, tiene mucho ganado. Si además le sumas que la otra mitad del dúo es Freddie Vidales, excompañero en Iced Earth, la cosa pinta muy bien. Sin embargo, el disco no termina de entrarme. Hay muchas semejanzas con Iced Earth, pero los temas son menos directos, tienen menos punch y no consiguen enganchar de la misma manera. Es más, ni siquiera Barlow está al nivel de sus tiempos en Iced Earth (aunque también tiene 25 años más). El disco está bien, hay temas cañeros, otros más rítmicos y pesados e incluso tenemos baladita acústica, pero lo dicho, le falta un punto de magia.
Cómo he disfrutado el último disco de Green Carnation, A Dark Poem Part I: The Shores of Melancholia. Son capaces de pasar del metal/rock progresivo más delicado al black metal sin concesiones (aunque muy poquito les queda) al heavy/doom metal homenaje a Black Sabbath sin despeinarse. Hacen gala de un nivel instrumental tremendo, de una calidad compositiva sin parangón y a todo ello le unen una producción que se ajusta como un guante a los temas, resaltando tanto aquellos pasajes más tranquilos, progresivos y atmosféricos como los escasos momentos en que se sueltan la melena y dan rienda suelta al metal extremo. Una gozada de disco, se disfruta cada momento.
Un grupo al que nunca he hecho mucho caso es Manegarm. La banda sueca lleva once discos publicados desde su formación a finales de los 90, siendo su última entrega Edsvuren. Ellos siguen a lo suyo, fieles al viking metal (ni es death, ni es black, repleto de melodías sacadas del power metal), muy melódico, a medio tiempo, rematado por la ocasional aparición de flautas o violines. A mí me ha gustado bastante, aunque he de reconocer que imaginación la justa, pero áun así los temas están muy bien montados, es entretenido y después de terminarlo te entran ganas de ir a hacer el vikingo por el mundo.
Los austríacos Mädhouse se han metido en la máquina del tiempo y se han plantado en los 80 para traernos este Plead the Fifth. Se trata de un disco de hard rock/glam metal, con todos los ingredientes del género. Suenan bien, saben lo que hacen y no se apartan ni un segundo de la receta: estribillos pegadizos, riffs de guitarra con gancho y ese aire macarrilla de los temas. La producción ayuda a que los temas suenen potentes, respetando el sonido clásico del género pero poniéndolo al día. Se deja escuchar.
No hay charco que Rogga Johansson no pise ni grupo de death metal sueco old school en el que no haya tocado. Ribspreader es uno de ellos y As Gods Devour es su último trabajo. ¿Qué encontramos aquí? Lo dicho, death metal sueco de la primera hornada de los 90, con ese inconfundible tono de guitarras y un sonido un tanto espeso (aunque más nítido de lo habitual). Los temas están bien, pero sin más; la verdad es que Rogga sabe componer temas pegadizos y con gancho, pero apenas hay diferencias entre todos sus proyectos, así que la sensación final es que estamos ante un disco que ya hemos escuchado un millón de veces, efectivo pero con absolutamente ninguna originalidad.
Ültra Raptör es una banda canadiense de auténtico speed metal ochentero, tanto desde el sonido a la producción. Fossilized es su segundo disco, caracterizado por temas rápidos sobre los que despliegan riffs complejos, solos y melodías pirotécnicos y estribillos y coros pegadizos. No me termina de convencer la voz, me parece que no termina de pegar con la música, pero por lo demás es un disco que se deja escuchar.
Mira que no hago más que oír alabanzas a Igorrr, pero Amen es un disco que me ha dejado muy frío. Hay una mitad del disco, repleta de instrumentación electrónica, efectos de voz y sintetizadores que no me entra en absoluto. La otra mitad, mucho más "tradicional", está bastante bien, pero en el global no termino de verle la gracia en absoluto.
Vuelven Revocation con New Gods, New Masters, su noveno disco de estudio. Siguen con su particular mezcla de death metal con fuertes aires thrasheros, regado con un potente componente técnico. Los temas se caracterizan por una producción potente y compacta, por riffs potentes e intrincados y solos con un fuerte componente técnico, sin llegar a caer en exhibiciones pirotécnicas. Es un disco entretenido que aúna fuerza, agresividad y técnica con gran resultado.
A pesar de que ya llevan 7 discos publicados, nunca había escuchado a coldrain. Me pongo su último EP, Optimize, y descubro una banda que toca todos los palos habidos y por haber: post metal, hardcore, metalcore, pop... Sus temas aúnan guitarras agresivas con melodías edulcoradas y accesibles, combinando voces limpias y agresivas, y la mezcla funciona bastante bien. Sus 20 minutos se me han pasado muy rápido, sinónimo de que el disco está muy bien.

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