Syou Ishida - Te receto un gato

Diseño megacuqui
No es que haya profundizado mucho en la literatura japonesa, y quizá sea una asignatura pendiente en mi formación cultural. Murakami, Oe, Ishiguro son nombres que siempre están ahí, pero nunca me ha dado por ellos. De hecho, creo que lo único que he leído puramente japonés han sido los dos primeros tomos de la  saga de la Taberna Kamogawa, pero de eso hablaré más adelante...

Como sorpresa por el Día del Padre me ha llegado esta curiosa novela. Su premisa es sencilla: cada capítulo constituye un caso de una persona con algún problema psicológico (estrés, depresión) que acude a una escurridiza consulta donde el tratamiento es... un gato.

La novela se enmarca en un estilo que veo que llaman healing fiction y que está a medio camino de la autoayuda y la mera ficción. Perfila bastante bien a los pacientes que acuden a estas consultas, creando un fiel reflejo de los problemas que les acucian y su situación al inicio del capítulo: tenemos al joven trabajador de una gran empresa desencantado con su vida, al veterano trabajador que se ve desplazado laboral y familiarmente y a la niña mimada en crisis. Es cierto que refleja actitudes y mentalidades propias de la sociedad japonesa, pero así como se toma bastante tiempo en no es menos cierto que ese reflejo (llamarlo análisis es ser muy generoso) se queda en un mero arañazo superficial.

Luego, por lo demás, va construyendo bastante bien la evolución de cada paciente y cómo su relación, primero con el gato, luego consigo mismo y, finalmente, con el resto de personas que conforman su entorno, va variando a medida que pasan los días hasta llegar a la resolución del caso. Todo contado con un estilo muy amable, sin estridencias ni palabras fuera de tono. Además, hacia el final del libro se introduce un cierto componente de misterio, ya que solo aquellos que realmente lo desean encuentran la clínica: hay quien vuelve y es incapaz de hacerlo, porque no está preparado para ello. Sin embargo, este hilo argumental no se desarrolla, quedando abierto para una posible secuela.

Ahora bien, tiene un problema, y es la existencia de las novelas de la Taberna Kamogawa. Básicamente, porque los parecidos son la premisa es la misma: ambas novelas están ambientadas en Kioto, ambas tratan de un profesional "atípico" (el detective gastronómico en Kamogawa, el psicólogo gatuno aquí) y en ambas cada historia supone el redescubrimiento y reconciliación de un personaje más o menos atormentado. Si es que hasta los protagonistas de ambos libros (Nagare y su hija en Kamogawa, el doctor y la enfermera de la clínica Kokoro) tienen roles similares, con la diferencia de que los Kamogawa están mucho mejor perfilados y construidos, al tener una historia detrás que se va desvelando poco a poco.

El libro no está mal, se deja leer y resulta entretenido. No me termina de gustar el rollito de autoayuda que hay difuminado por el libro, pero aun y así tampoco entra en el ámbito de lo "sectario". En definitiva, es un libro amable, con historias con final feliz, y que se lee en un santiamén. Perfecto para entretener.



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