Pues si este no ha sido el descubrimiento del año, al menos en lo literario, no sé cuál puede haber sido (siempre en referencia a mi persona, claro está). Con todo el bombo que se ha dado a la publicación de Los Diablos, y las ganas que tengo de leerlo, me he decidido a conocer la obra de Joe Abercrombie desde el principio.
Y el principio de la obra no es ni más ni menos que la trilogía La Primera Ley, compuesta por las novelas La voz de las espadas, Antes de que los cuelguen y El último argumento de los reyes. Tres novelas largas, ambientadas en un mundo imaginario que refleja los conflictos existentes en la Europa que estaba en plena transición entre la Alta y la Baja Edad Media.
En ellas, con los conflictos entre el reino de la Unión (equivalente a Europa occidental) y los Hombres del Norte (vikingos y anglosajones) primero, y el Imperio de Gurkhul (el Imperio Otomano) después, se van desarrollando distintos arcos argumentales que van confluyendo y separándose hasta, de alguna manera coincidir en el apoteósico final. Así, tenemos la historia de Jezal dan Luthar, orgulloso oficial del ejército de la Unión, proveniente de una familia noble; Collem West, su inmediato superior, héroe de guerra pero proveniente de una familia humilde del norte; Sand dan Glokta, inquisidor, quien fuera como Luthar antes de caer prisionero de Gurkhul y volver completamente desfigurado; Logen Nuevededos, un bárbaro del norte que sólo quiere vengarse de quien acabó con su familia; y Bayaz, el Primero de los Magos, un ser casi mitológico que quiere ayudar a la Unión a resistir las amenazas que se ciernen sobre ella.
Rodeados de numerosos personajes secundarios (pero no carentes de importancia), se va desarrollando la historia de la sucesión en la Unión, el ascenso y caída de distintos personajes mientras Logen, Bayaz, Glokta y Luthar se erigen como los cuatro pilares sobre los que recae el peso de la historia. Las novelas van saltando entre distintas tramas, dedicando un capítulo a una y pasando a otra en el siguiente. Esto, en lugar de restar continuidad a la historia, permite que el lector no se canse de ellas, ayudando además a mantener la tensión en la historia.
Las distintas tramas están muy trabajadas y, a pesar de la multitud de personajes que las pueblan, son fáciles de seguir. La evolución de ellas va pareja con la de los personajes, y algunos de ellos, cuando termina su papel en una aparecen en otra, con la riqueza que la aparición de dicho personaje aporta a esa trama. La
Pero si algo me ha gustado ha sido el diseño de los personajes. Todos tienen sus dobleces, ninguno de todos los personajes que pasan por la saga, ya sean protagonistas o secundarios, podría decirse que es un ejemplo de rectitud moral. Todos, absolutamente todos, tienen sus dobleces, e incluso se puede llegar a empatizar con ellos. Sólo hay un par de ejemplos en todo el libro que parecen "villanos" de principio a fin, solo para que en el último momento veas que quizá no lo eran tanto.
A mí esta saga me ha gustado mucho y me ha descubierto a un gran escritor. Tengo que seguir profundizando en su obra, pero si todo es como la trilogía La Primera Ley, creo que tengo muchas horas de diversión por delante.

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