¿Qué he estado escuchando esta semana? Semana 43/2025

Desde los Estados Unidos llegan Dissonant Seepage con su segundo álbum, Dystopian Putrescence. Se trata de un disco de brutal death metal, principalmente oscuro y pesado pero con ocasionales ramalazos de velocidad descontrolada. Los temas suenan densos, con una afinación muy grave a juego con la voz principal, de lo más gutural que he oído, casi a la altura de Demilich. Aunque empiezan prometedores, salvo por algún momento destacable, es un disco que se me ha hecho bastante largo por lo monolítico de su sonido.

La veterana banda belga Do or Die, renacida recientemente y que mezcla indistintamente crossover, hardcore y thrash metal, publica un nuevo EP. Resurrection es su título y a lo largo de 16 minutos desgranan seis temas que destilan intensidad ya estén con el acelerador a fondo o cuando suenan lentos y pesados como en Resurrected, posiblemente el mejor tema del disco. Guitarras crujientes y una continua sensación de saltar a la yugular es lo que nos deja este lanzamiento, que a mí me ha dejado una buena impresión.

Asentados como una de las bandas con más seguimiento del género, Alestorm publican su octavo trabajo, The Thunderfist Chronicles. Este disco no trae nada nuevo en el sonido de Alestorm, sino que sigue en la línea de sus anteriores trabajos, con todos los ingredientes que lo componen: temas rápidos, con buenos riffs sobre los que se despliegan las melodías y estribillos pegadizos marca de la casa, coronados por las humorísticas letras marca de la casa. El disco está bien, es entretenido y en directo funciona bien, pero da la sensación de que han entrado en modo piloto automático.

Tenía a Fallujah como una banda más de metalcore, pero Xenotaph, su último trabajo, viene a desmontar mis prejuicios. Me he encontrado un disco de death metal técnico de corte moderno, repleto de cambios de tempo, partes rápidas y lentas, atmosféricas, voces agresivas y limpias, bonitas melodías y solos virtuosos... En fin, un derroche de distintos ingredientes, realzados por una producción espesa y no demasiado nítida que, sin embargo, le va como un guante a la música de Fallujah. Es, sin duda, uno de mis favoritos recientes en cuanto a death metal técnico se refiere.

Warmen es el nombre del proyecto paralelo de Janne Wirman, teclista de Children of Bodom, y que publica ahora su séptimo trabajo, Band of Brothers. Sin duda es lo más cercano a Children of Bodom que vamos a poder ver, y las semejanzas y paralelismos con el sonido más clásico de dicha banda son constantes. Temas rápidos, repletos de riffs complejos y teclados recargados sobre los que la voz raspada va desgranando las letras, todo ello con una producción tan perfecta que se pueden oír hasta las teclas del piano. No está mal, pero parecen haber dejado de lado todo sonido propio para convertirse en la continuación de Children of Bodom.

Me pongo con Never Die, primer álbum del dúo formado Matt Jencik y Madeline Johnston, y no consigo terminarlo. Música atmosférica, con voces tan angelicales que acaban resultando hasta satánicas, mucho sintetizador y alguna guitarra y percusión por ahí sueltas son los ingredientes de este disco, con el que no consigo conectar de ninguna de las maneras.

De Carach Angren ya sabemos qué podemos esperar, y el EP The Cult of Kariba no viene sino a confirmarlo. Black metal melódico, majestuoso, construido sobre la base de unas orquestaciones grandilocuentes, que asumen en gran parte el protagonismo de la música, mientras que las guitarras quedan en un segundo plano, asumiendo un trabajo más rítmico. La producción está más que pulida, con un sonido limpio, nítido y pulcro a más no poder. Los temas están llenos de detalles y arreglos, lo que hace de este EP un lanzamiento muy entretenido.

 

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