Decidido a salir por una temporada de la novela fantástica o policiaca, le he echado el guante a esta novela, cuya premisa parecía bastante interesante, aunque lo que me he encontrado no es ni mucho menos lo que me esperaba.
Se trata de la novela póstuma del escritor chileno (aunque afincado en Barcelona, tras pasar algunos años en México) Roberto Bolaño. Publicada en 2004 tras su fallecimiento, la idea del escritor (al parecer ya enfermo) era que se publicara en cinco tomos distintos, aunque entre su editor y su familia se optó por una edición integral, para dar más cohesión a la historia.
La novela gira en torno a dos hilos argumentales, a priori sin relación alguna entre ellos: por un lado, tenemos la historia del escritor alemán Benno von Archimboldi, misterioso autor al que nadie parece haber visto en las últimas décadas; por otro lado, se trata la investigación de los asesinatos de mujeres, más de 200, ocurridos en la ciudad mexicana de Santa Teresa (no la busquéis, es un remedo de Ciudad Juárez).
Estos dos hilos argumentales se van desarrollando en las cinco partes de que consta la novela: la primera, titulada La parte de los Críticos, versa sobre la búsqueda que cuatro críticos literarios, apasionados y expertos de la obra del escritor Benno von Archimboldi, emprenden sobre la persona del misterioso autor. Mientras se desarrolla la búsqueda, que les lleva finalmente a la ciudad mexicana de Santa Teresa, se van entretejiendo las relaciones entre ellos, como si la búsqueda del escritor resultara siendo una búsqueda sobre ellos mismos. La segunda, titulada La parte de Amalfitano, narra lo que parece el descenso a la locura de uno de los profesores universitarios que acogen a los críticos en la ciudad de Santa Teresa, quien se trasladó a México desde Barcelona con su hija. Esta hija es el nexo de unión con La parte de Fate, donde se narra la historia de un periodista americano que se desplaza a Santa Teresa a cubrir un combate de boxeo y acaba interesándose por los asesinatos de mujeres. Estos asesinatos son narrados en La parte de los crímenes, junto con las infructuosas investigaciones que se llevan a cabo. Y finalmente, La parte de Archimboldi, donde se narra la vida del misterioso escritor, se desvela su relación con los asesinatos y...
...Y nada más, porque no hay un final como tal. Es más, por cómo acaba se diría que el último capítulo de la novela se reengancha con el primero, dando así forma a una novela circular, eterna, sin principio ni final sino que siempre continúa adelante, una metáfora de la vida escrita por alguien que estaba viendo llegar el final de la suya.
Estilíticamente se nota el origen e influencias de Bolaño: es una novela muy "sudamericana" por el gusto por los párrafos largos, los diálogos más descritos que narrados, las ensoñaciones, pasajes oníricos, digresiones que parecen no tener sentido (y a veces no lo tienen) y un cierto surrealismo que sobrevuela la novela. Esa constante referencia a los sueños de los distintos personajes que pueblan la novela, metáforas a veces no muy claras de lo que está ocurriendo en la supuesta realidad del texto, personajes como el niño Hans Reiter, que rozan lo imposible... Es una novela de altibajos, al menos para mí, con partes que te sumergen en la trama y otras en las que no sabes exactamente muy bien qué está ocurriendo.
Luego tenemos La parte de los crímenes, posiblemente el capítulo más extenso del libro, en el que se entremezclan los asesinatos de mujeres que parecen obra de un psicópata (o de algo mucho más turbio, como se deja entrever), lo que es violencia doméstica y lo que es mera criminalidad común, todos ellos descritos con una morbosa recreación en los detalles que, dado el ingente número de ellos, llega a nublar el juicio del lector. Supongo que es lo que Bolaño quería transmitir, esa opresión ante la cantidad de muertes y la desgana y desdén con las que las autoridades los tratan, como si las vidas de esas mujeres (niñas, en muchos casos) apenas tuvieran importancia, bien por ser de clase baja, bien por el hecho mismo de ser mujeres.
Ha sido un libro largo, extraño, desde luego el polo opuesto a la narrativa habitual que suelo consumir. Lleno de altibajos, a veces atrapado en él, a veces no sabiendo muy bien qué está ocurriendo. Queda, además, la sensación de novela inconclusa, pero como decía antes, tampoco sé si obedece a una voluntad de "circularidad", de unir final y principio de la novela.
Resumiendo, no ha estado mal (seguiré indagando en la obra de Bolaño), pero reconozco que no es un libro sencillo, sino que admite muchas lecturas.

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