Pues sí, queridos amigos, por si no fuera poco con haber acudido este año al Z! Live, resulta que doblamos apuesta y estuve también en el Leyendas del Rock (que, por cierto, era el plan inicial del año).
En Villena nos plantamos de nuevo, solo que esta vez nada de camping, baños químicos y piscina municipal: casa con jardín, piscina, una cama de verdad y un baño por el que sabías quién había pasado antes: así sí.
El miércoles nos plantamos en el festival desde primera hora y, tras recoger la pulsera y cambiar unos cuantos tokens (hay que mejorar esto ya, por favor), empezamos con la tralla.
Warkings inauguraban el festival con su power metal épico, mezclando velocidad y melodía. Su cuidada puesta en escena, sus temas contundentes y pegadizos y la incorporación de Morgana Le Fay a los directos hicieron que su concierto pasara volando. Muy entretenidos, muy comunicativos con el público (¿Sois la ostia? ¿Sois Austria?), dejaron el listón alto para los que siguieron por detrás suyo.
De ahí nos fuimos al escenario pequeño a ver un poquito de The Butcher Sisters. Una especie de metalcore fiestero que no casaba mucho con nuestros gustos y que, salvo un par de momentos entretenidos, no nos dijo mucho.
De vuelta en el escenario principal, bastante mejor fue lo que vimos de Fit For a King, que dieron un auténtico conciertazo de deathcore, agresivo y melódico a partes iguales. Me gustaron mucho más que en disco, tanto que nos olvidamos de ir a ver a Dogma al escenario pequeño. Nos quedamos allí a ver de qué rollo iban Kublai Khan Tx y lo que vimos fue un moshpit y un wall of death salvajes, con ostias repartidas a diestro y siniestro (con sangre de verdad), pero musicalmente poca cosa para rescatar, porque ese hardcore de machotes a mí no me va nada en absoluto.
Saturados de adrenalina nos acercamos a ver a 91 Suite al escenario pequeño. Empezaron con 20 munitos de retraso, solo vimos una canción (que tampoco terminó de sonar muy bien) y nos perdimos el inicio de Fear Factory, lo que más me fastidió de todo. Menos mal que, como están celebrando el 30º aniversario del Demanufacture, se lo tocaron entero. Aquello fue simplemente increíble. Memorable. Espectacular. Posiblemente uno de los mejores conciertos del festival, al menos para mí. Lograron replicar la intensidad del álbum, con una ejecución casi perfecta y un Milo Silvestro que consigue replicar las voces de Burton C. Bell en el disco (algo que el propio Burton no conseguía).
A Hatebreed les vimos de lejos mientras cenábamos y cogíamos fuerzas para Cemetery Skyline. Una pena no haberme enterado de la cancelación de Angelmaker y su sustitución por Cockoroch, porque me hubiera gustado ver al gran Achokarlos.
Cemetery Skyline estuvieron bastante bien, no dejan de ser una especie de all-star del metal nórdico y su propuesta, un metal gótico con voz limpia, permite a Mikael Stanne poner su mejor versión bajabragas (y gayumbos, ojo). A mí me gustaron, pero gente con mejor oído señaló que durante un rato el teclado iba en un tono distinto. Algo pasota sí se le veía al hombre, pero tanto, no sé...
Me pasé 5 minutos por el concierto de WASP, cabeza de cartel de la jornada. Sonaban muy bien, tanto instrumental como vocalmente, demasiado bien, vistos los antecedentes. Conociendo los antecedentes de playback del amigo Blackie, que las pantallas que retransmitían los conciertos estuvieran apagadas no hacían prever nada bueno.
De vuelta en el escenario pequeño, Suffocation hicieron honor a su estatus como leyendas del death metal. Les costó un poco entrar en calor, a pesar del tiempo que el bajista Derek Boyer se tomó para probar. Tras el primer tema todo se puso en orden y asistimos a una descarga de death metal brutal y técnico como hace mucho tiempo que no veía. Agresivos, brutales, pero con hueco para la melodía y algunos solos brillantes, dejaron claro que si son unas leyendas, es por algo. No obstante, se echa de menos a Frank Mullen, no porque Ricky Myers lo haga mal (en absoluto), sino porque el carisma de aquel era inigualable.
Así, cansados pero satisfechos, se terminó para nosotros el primer día del festival.
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