He de declararme fan absoluto de casi todo lo que saca la gente de LADLO Prods., y lo último de Borgne, Renaître de ses Fanges no es menos. Black metal frío y furioso, con un cierto aire industrial otorgado por los teclados y la producción, que da un aire impenetrable a las guitarras. Un disco que sigue la senda de su anterior trabajo y que resulta ser un buen disco de black metal aguerrido.
Mucho peor impresión han dejado en mí Killswich Engage. Vale que yo no soy muy fan del metalcore, pero algunos discos tienen un pase. Su última obra, This Consequence, sin embargo, no es uno de ellos. A pesar de que hay algún riff por ahí suelto que pinta bien y que puede recordar a los Testament más modernos (cosa que tampoco sé si es lo mejor), a mí se me ha hecho muy cuesta arriba y no he llegado a terminarlo.
Imperial Triumphant tienen una vitola de innovadores y de última banda original surgida en el metal con la que no sé si estoy muy de acuerdo. Son, curiosamente, una de las pocas bandas que me gustan más en disco que en directo (en el Resu 2023 fueron infumables), y este Goldstar sigue esa tendencia. Metal extremo con ráfagas de jazz que a veces funcionan de lujo y otras son un pastiche impenetrable. Me deja un sabor agridulce ya que hay tramos que funcionan muy bien y otros en los que no alcanzo a comprender qué está pasando.
El dúo americano Predator se mantiene fiel al heavy/power/speed/thrash metal tan propio de los americanos y que campara fuertemente a lo largo de los 80, cuando empezaron su carrera. Su disco Unsafe Space es una correcta actualización de ese sonido, oscilando entre partes melódicas y potentes, bastante bien trabajado, pero sin llegar tampoco a encontrar el punto que hace a la fórmula exitosa. No está mal, pero tampoco deja nada especial para el recuerdo.
Caustic Wound no se andan con historias y se pulen los 16 temas que conforman Grinding Mechanism of Torment en apenas 28 minutos. Death metal a caballo entre lo brutal y el old school mezclado, a su vez, con grindcore del más salvaje. Es curiosa la mezcla de velocidad desquiciada con un tono de guitarra espeso y contundente a más no poder, y dejan algún ramalazo en el que los ritmos parecen más rockeros. No está mal.

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