Lo primero es decir que este no es un festival multitudinario como pueda ser el Resurrection, sino que es un formato más similar al Leyendas del Rock, pero solo con los dos escenarios principales contiguos, sin tercer escenario. Eso hace que la música se pueda escuchar desde la zona de merchandising, de asiento y restauración y las barras sin mezclarse con otras. A mí es algo que me ha gustado mucho, la verdad, porque una vez que te sitúas, todo está al alcance de la mano. El único pero quizá haya que ponerlo en el tema de los precios, bastante elevados (aunque menos si comparamos con otros como BBK Live).
Tras recoger las pulseras, nos acercamos al centro de Zamora a disfrutar de los acústicos de Salduie y Ciconia. Los primeros adaptaron muy bien su folk metal a ese formato y la verdad es que sonaron muy bien, con sus temas perfectamente arreglados y nos dejaron una buena impresión. Ciconia, en cambio, pasaron de acústicos y nos entregaron un set completamente eléctrico. Hay que decir que su metal progresivo instrumental es difícilmente (por no decir imposible) de adaptar al formato acústico, así que se marcaron un set tradicional, aunando potencia y virtuosismo a partes iguales.
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| After Lapse, prometedores |
Tras la obligatoria parada para comer y recoger las cosas, nos plantamos en el recinto de IFEZA cuando After Lapse, encargados de abrir el festival, ya habían iniciado su set. Mezclan hard rock y metal progresivo con fuertes influencias de Dream Theater, y no lo hicieron nada mal, con un cantante entregado (aunque algún agudo fuera complicado) y unos músicos bastante acertados. No les conocía pero les echaré un vistazo.
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| VOLA, para mí descubrimiento |
Los siguientes fueron los daneses VOLA. Mezclan rock y metal progresivo de tal manera que lo mismo estás escuchando pasajes propios de Pink Floyd y de pronto pasan a secciones más propias de unos Meshuggah. Sonaron muy bien (mejor que en disco) y estoy seguro de que se ganaron unos cuantos fans.
De Kissin' Dynamite solo pude ver el final de la actuación, pero lo que estuve escuchando en la lejanía sonó bastante bien: son herederos del glam metal ochentero y ejecutaron su propuesta con efectividad, además de con mucha entrega, sobre todo por parte de su vocalista.
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| Nile, la decepción del festival |
Con Nile nos llevamos una de las decepciones del festival. Tenía buen recuerdo de verles en sala, pero lo que vimos en Zamora fue bastante pobre: la mezcla fue bastante mala, enterrando las guitarras solistas debajo de las rítmicas, de manera que los solos ni se apreciaban, además de sufrir cortes en el sonido a lo largo del set. Ni clásicos como Black Seeds of Vengenace pudieron levantar eso.
Exodus es otro grupo que ví de lejos, mientras reponíamos fuerza para el sprint final. Sonaron potentes, agresivos y aguerridos, pero Rob Dukes no es mi vocalista favorito de thrash metal y eso al final les resta puntos.
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| Meshuggah apabullando |
De Meshuggah hay mucho escrito y yo poco puedo añadir. En el Resurrection 2023 sonaron bien, y en Zamora han ido de menos a más. Monolíticos, rápidos e impenetrables como ellos solos, con esa puesta en escena minimalista por su parte (nada de saltos, nada de moverse, un poco de headbanging y ya), dejan que la música y el espectacular juego de luces hablen por ellos. Se fueron entonando poco a poco y remataron con un Bleed espectacular.
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| Dream Theater, espectaculares |
Y llegó la hora de Dream Theater, motivo principal de mi asistencia al festival. Además, con el aliciente de la presencia a la batería de nuevo de Mike Portnoy. Sin desmerecer a Mike Mangini, Portnoy ES el batería de Dream Theater por la mera cuestión de que su estilo tocando encaja como un guante en el de Petrucci. Se hacen mejores mutuamente y eso la banda lo nota. Escenográficamente muy comedidos, con un vídeo por canción reproduciéndose en la pantalla que hacía de telón, el espectáculo lo pusieron Petrucci, Ruddess y Portnoy (aunque he de decir que está mucho más comedido). El setlist abarcó casi toda su carrera (se quedaron fuera los discos sin Portnoy y su debut), pero a cambio cayeron clásicos como Pull Me Under, A Rite of Passage o As I Am. También hubo espacio para dos nuevas, Night Terror y Midnight Messiah, dos temas que no desmerecen en nada frente al resto. Un conciertazo que, a pesar de durar 1 hora y 40 minutos, se hizo corto.
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| Mar de cuernos en Rotting Christ |
A los griegos Rotting Christ les tocó dar continuidad al festival, y a buena fe que dejaron el pabellón alto. Dieron un show repleto de energía, en el que cayeron temazos como Like Father, Like Son, dando muestras de su buen hacer con su personal visión del black metal, agresivo y potente sin renunciar a la melodía. A mí me faltaron mis favoritas, Keravnos Kivernitos o King of a Stellar War, pero el show me gustó.
Terminamos el maratón con los madrileños Vita Imana, a quienes nunca he hecho mucho caso en disco pero que me gustaron bastante. Salieron a por todas a pesar de que era ya la 1 de la mañana y con su metal tribal, gracias a la contribución de la percusionista (que lo vivía intensamente), sonaron muy bien, agresivos y afilados sin perder ese puntillo rítmico que le da la percusión.
Así, agotados y exhaustos, nos volvimos para casa a recobrar fuerzas para lo que quedaba por delante.
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