Empezamos una lluviosa semana con los belgas Hemelbestormer y su A Ring of Blue Light, originalmente publicado en 2018 y al que yo llego ahora, a saber por qué. Es un disco de post-metal con fuertes influencias del stoner, con lo que nada de temas rápidos o melodías y solos virtuosos: las canciones se basan en los riffs de guitarra, montados sobre ritmos a medio tiempo lentos y monolíticos. Es un disco instrumental, además, por lo que de puro pesado y denso se acaba haciendo algo largo.
Desde Francia nos llega Glory or Nothing, tercer álbum de Overdrivers. Puro hard rock/heavy metal ochentero, con buen sonido y cumpliendo con cada uno de los ingredientes del género. No puedo decir mucho más, es un disco que a los que gusten de dicho estilo musical les va a encantar y el resto nos vamos a encontrar un disco que se deja escuchar pero que no aporta mucho más.
Epica nunca me habían hecho especial tilín hasta que les pude ver en directo como cabezas de cartel del Leyendas del Rock de 2022, donde se mostraron como un grupo a tener muy en cuenta. Será el recuerdo de tan grata experiencia, pero este Aspiral viene a confirmar aquellas buenas sensaciones. El disco es muy melódico, como cabe esperar, lleno de estribillos pegadizos, pero también hay espacio para riffs pesados, ritmos más cañeros y, aunque el fuerte de la banda es la voz de Simone Simons, las voces guturales no pierden su espacio. Las guitarras y los teclados se van repartiendo el protagonismo, de manera que tenemos un equilibrio perfecto entre las guitarras afiladas y los teclados atmosféricos y envolventes. A mí me ha gustado mucho, la verdad, y me ha dejado con ganas de volver a verles.
A Rotting Christ no les he visto todavía por diversos avatares, pero espero quitarme la espina este año en el Z! Live. Mientras, voy calentando motores con 35 Years of Evil Existance (Live in Lycabettus), disco en directo en el que dan un gran repaso a su discografía, desde los inicios de crudo black metal a los tiempos góticos, hasta la actualidad donde se mueven en un término medio. Me ha dado la sensación en algún momento de que les ha faltado filo en las guitarras. Si comparas con el disco del 20º aniversario, suenan un poco menos contundentes, pero puede ser la propia mezcla la que dé esa sensación. En cualquier caso, un buen aperitivo mientras esperamos a junio.
No tenía ni idea de quiénes eran Enemy Inside y, sinceramente, no sé qué pensar de ellos tras ponerme Venom, su tercer álbum. Funden metalcore y música electrónica, de manera que las baterías están totalmente sampleadas, las guitarras también muy tratadas y llenas de efectos, tratamiento que también se extiende a las voces, principalmente limpias y melódicas, pero en ocasiones. Tienen momentos chulos, saben meter estribillos pegadizos y las partes más "naturales" suenan muy bien, pero cuando abusan de la electrónica me convencen menos. Así que ahí les tengo, en tierra de nadie: muy bien a ratos, fatal en otros...

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