Para coger fuerzas para el intenso lunes nada mejor que un poquito de black metal, así que me pongo Kadath, último trabajo de los bordeleses The Great Old Ones. Un black metal melódico, muy ambiental, que juega con la velocidad y que tiene ramalazos tanto de sonido clásico como aires más post-metaleros.
No sé cómo se me pudo pasar en su momento el nuevo disco de Nile, pero es un error de esos que va directo a la categoría de "imperdonable". The Underworld Awaits Us All es todo lo que le podemos pedir a un disco de death metal. Empezando por el sonido, nítido y cristalino, pero sin perder un ápide de pesadez y contundencia. Juegan con la velocidad (rápido, lento, pesado) de manera sublime, hay melodía, hay riffs agresivos, lo tiene todo. La perfección no existe, pero este disco de Nile está muy cerca.
Parece que el power metal sinfónico vuelve un poquito de la oscuridad y discos como Power Train de Majestica así lo atestiguan. En él tenemos todos los ingredientes típicos: guitarras que no cortan demasiado, doble bombo, coros y teclados majestuosos, solos pirotécnicos y estribillos muy pegadizos. Cierto es que la fórmula está más que resobada, pero Majestica se conocen el libreto al dedillo y lo ejecutan perfectamente, gracias a unos temas muy currados. El disco happy de la semana.
El que me haya leído sabrá que no soy mu fan del brutal deathcore, así que el último disco de Distant, Tsukuyomi The Origins no tiene muchos boletos para gustarme. Y efectivamente, quitando un par de riffs aquí y allá, el disco se me ha hecho muy pesado e insoportable. No creo que me vuelvan a ver por aquí...
Aunque por nombre uno pensaría que vienen de Europa del Este, lo cierto es que Balwezo Westijiz son suecos. Con una demo y dos LP's en casi 20 años de existencia, Tower of Famine es su última entrega. No se han roto la cabeza con ideas innovadoras y tenemos ante nosotros un disco de black metal de la vieja escuela, con un sonido oscuro digno de las grabaciones de los 90. No está mal, es un buen chute de nostalgia pero es algo que ya hemos escuchado mil veces a estas alturas.
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