La extraña vida de los objetos perdidos - Flanagan McPhee

Tras años de intensa actividad en redes sociales, Flanagan McPhee se ha lanzado a la aventura editorial y La extraña vida de los objetos perdidos es la primera entrega, por lo que parece, de esta faceta de su actividad.

Estamos ante una novela que, pese a sus 400 páginas, se lee en un santiamén. Se mueve a caballo del humor absurdo, la sátira política y el thriller, todo ello mezclado sin solución de continuidad.

La premisa de la que parte es que existen objetos de famosos dotados de un poder que otorga a quien los porta las capacidades del famosos en cuestión y que, fuera de control, pueden ser caóticos. Para su control existe una agencia super secreta, R.E.S., afincada en el lugar más secreto del estado: Teruel.

Con estos mimbres se empieza a construir una historia en la que las intrigas políticas que rodean a la presidenta de cierta comunidad autónoma de este país están en el centro de la trama. En medio tenemos los poderes de Rocío Jurado, de Ramón y Cajal, de Jorge Javier Vázquez, un coche volador al que no se sabe por qué le llaman el Dodge y una especie de inteligencia artificial que se encarga de repartir los objetos necesarios para las misiones.

El protagonismo se reparte entre la agente veterana que es un desastre y que quiere dimitir, la otra agente veterana, que es lo contrario de su compañera y la chica joven que se encuentra metida en la trama sin comerlo ni beberlo. A partir de ahí, se va construyendo la historia, cambiando a cada capítulo el narrador, que va saltando de una protagonista a otra, pero sin perder la línea temporal. Un recurso que, la verdad, queda bastante curioso y, en cierta manera, ayuda a mantener la tensión cuando llega la hora del desenlace final.

Creo que el mejor halago que se le puede hacer a La extraña vida de los objetos perdidos es que es la versión novelada de lo que sería un cómic de Mortadelo y Filemón. Espionaje, humor absurdo y un tanto castizo bien mezclados son los ingredientes de una novela que busca entretener y que creo sinceramente que lo logra.