Necesito un chute de energía para levantarme el lunes y el EP Bestial Condemnation de Walking Wounded me lo da. Es una mezcla de metalcore y brutal death, salvaje, muy salvaje, con ocasionales riffs algo más melódicos, mucho breakdown y un sonido potente y atronador. Ideal para espabilar y empezar con algo de ganas la semana.
Como en el trabajo ya se encargan también de pasarme de revoluciones cambio radicalmente de tercio y me pongo con el último trabajo de los noruegos Funeral, Gospel of Bones. Doom metal con fuertes toques góticos, voces limpias y, en ocasiones, operísticas y temas lentos, pesados y majestuosos con ocasionales, muy ocasionales, ramalazos de agresividad. Empieza muy fuerte pero a mí se me ha acabado haciendo un poquito largo, hubiera agradecido algo más de variedad en los temas.
Buscando el equilibrio me pongo, finalmente, el último disco de Opeth, The Last Will and Testament. Ampliamente publicitado como el retorno de los guturales a Opeth, no es menos cierto que la voz sigue siendo principalmente limpia. Musicalmente es una especie de compendio de todas sus épocas: hay metal potente y hay rock progresivo setentero a partes iguales. La mezcla hay veces que encaja y funciona muy bien y hay otras que me he quedado rascándome la cabeza a ver qué estoy escuchando. Frío, me quedo frío.
Siempre había oído hablar de los franceses SUP como grandes innovadores, y aprovechando que están reeditando su discografía, me pongo con su debut Anomaly, originalmente editado en 1995. He de decir que jamás me había cruzado algo así: temas propios del grunge pero con producción metálica y una voz limpia, totalmente rockera. Lo que parece un pastiche infernal SUP lo hacen funcionar y el disco me ha enganchado mucho, de tal manera que de un tirón me he escuchado el disco y el bonus track, que es el disco en directo (muy bien defendido, por cierto). Todo lo que había oído de ellos se confirma, al menos por el momento.
Mucho menos innovador es el debut de Dreamless Veil, Every Limb of the Flood. Este dúo nos propone un black metal de corte clásico del que va a piñón fijo todo el disco, con apenas alguna sección atmosférica para tomar aire. La velocidad no está reñida con la melodía, de la que encontramos abundantes ejemplos a lo largo del álbum. El sonido es limpio y nítido, muy cuidado, mientras que la voz está llena de efectos, sonando con una especie de eco. Nada nuevo pero funciona.
Para que no decaiga el ánimo, que ya va pasando la semana, nada como un poquito de brutal death. La ración actual corre a cargo de Cerebral Hemorrhage, que ven reeditado su debut (y último disco al mismo tiempo) Exempting Reality, editado allá por 2001. Siete temas en poco más de media hora de brutalidad y velocidad desmedida, con ese sonido de batería machacón que hubiera firmado Lars Ulrich, coronado por riffs salvajes y voces cavernosas, pero con ocasionales atisbos de punteos o melodías que aligeran la experiencia. Curioso.
La semana toma inesperadamente un giro oscuro y para acompañar el ambiente nada mejor que Fragmented Revelations, una compilación de los singles y EP's de la banda de drone/doom Hipoxia. Temas largos, lentos, oscuros, pesados y desapacibles, fusionando todas las variantes del metal extremo con algún ramalazo electrónico por ahí perdido. Bueno sonido, y una colección de temas entretenidos.
Intento animar la cosa, que la semana se acaba ya. Para ello pruebo con Merciless, el último disco de Body Count, que me ha sorprendido favorablemente y eso que yo esto del rap metal no termino de verlo. Pero la verdad es que funciona, el disco está repleto de buenos riffs, tanto en los temas más raperos como en los más metaleros, aunque ambos elementos están muy bien fusionados en todo el disco.
Y con esto se acaba la semana, que buena falta hace.
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