Hay por ahí un refrán que dice que no hay que volver a donde una vez se fue feliz y este retomar el Diablo II veintitantos años después no estoy seguro de que no acabe por refrendarlo.
Encontré una oferta bastante chula en la Nintendo eShop y me he hice con el pack Diablo - Prime Evil, que incluye la remasterización del Diablo II (lo que llaman Resurrected) y el Diablo III con sus expansiones.
El Diablo 2 lo exprimí en su día. Todavía tengo, en casa de mis padres, la caja original, con sus dos CD's y su manual. Y nada de una de DVD, una señora caja de cartón en la que el manual y la caja bailan alegremente si la meneas. Qué tiempos...
Así que, en un ataque de nostalgia, me compré el pack, lo instalé (bueno, se instala solo) y me puse a jugar. Ahí empezó el despliegue de nostalgia, pero también de sorpresa: las cinemáticas (espectaculares en su día), lo seguían siendo. ¿Tan buenas eran? No creo, tiene pinta de que Blizzard ha metido la mano hasta ahí. Menudo currazo.
Eso sí, a partir de ahí todo cambia, al menos en los menús. Para empezar, me tiro un rato configurando la cuenta de Battle.net (odio eterno a tener cuenta de Epic, Steam, EA, etc. para jugar a un puto juego - dejadme jugar, ostias). Luego, no estoy seguro, pero las clases de personajes han cambiado, y algunos objetos juraría que también. Pero bueno, hablo de memoria y en realidad son minucias, así que adelante con el juego.
Aquí ya podríamos valorar la mecánica del juego, si es entretenido, si es repetitivo o si esto no deja de ser un arcade mata-mata con ínfulas de rol. No es el objeto del debate, porque está claro que, como juego de rol, el Diablo se queda muy cortito. Como arcade asesino es un juego que funciona perfectamente. La mecánica apenas varía, por lo que empezar a jugar es muy sencillo y rápidamente dominas los aspectos necesarios del juego. Únicamente puedes tener alguna duda con el árbol de habilidades, a la hora de escoger las más adecuadas para el desarrollo del personaje, pero teniendo en cuenta que esto no es D&D y la influencia es bastante limitada.

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