Trilogía Nacidos de la Bruma - Brandon Sanderson

Vin, vista por Alex Allen

Con bastante prevención, he de decir, este 2024 me animé a leer algo de Brandon Sanderson, autor que mucha gente citaba como uno de los mejores en cuanto a literatura fantástica del panorama actual.

Hay que decir que empezar a leer a Brandon Sanderson es meterse de lleno en lo que el llama el Cosmere, un universo propio en el que cada planeta aloja una serie. Así, la saga Nacidos de la Bruma se ambienta en el planeta Scadrial y la saga El Archivo de las Tormentas tiene lugar en el planeta Roshar. Curioso y original método para ambientar toda tu producción literaria en un mismo mundo sin cerrarte puertas de ninguna clase.

Después de revisar un poquito su obra, me animé con la saga Nacidos de la Bruma. A su vez esta saga está dividida en una primera trilogía ambientada en una época medieval, y una segunda tetralogía que se traslada a la época industrial y se supone que llegará una tercera saga, la final, ambientada en los tiempos previos a la revolución informática. Un proyecto ambicioso, sin duda.

De esta primera trilogía, de la que voy a intentar hablar sin revelar nada de la trama. Lo mejor, sin duda alguna, son los personajes. La historia no está mal, pero no es nada nuevo: un grupo de personas con poderes mágicos de distinta clase se unen para intentar derrocar al líder supremo que gobierna con puño de hierro y liberar a los oprimidos. Donde triunfa sin duda es en la caracterización de los personajes (el impulsivo y carismático Kelsier, la introvertida e insegura Vin, Elend Venture en su papel de estudioso noble, el reposado Sazed o Brisa, Ham, Clubs y el resto de la banda).

Otro detalle que está muy bien tratado es el tema de la magia: en lugar de ser poderes sobrenaturales sin más o dependientes de un aprendizaje previo de hechizos varios, cada persona tiene una habilidad mágica que puede emplear previa ingesta de un metal concreto: sólo hay unos pocos, los nacidos de la bruma, que pueden desplegar todas las habilidades mágicas.

Sanderson nos plantea una trilogía en la que transcurren dos historias paralelas: en el primer volumen tenemos la preparación de la rebelión contra el Lord Legislador, por un lado, y el aprendizaje mágico de Vin; el segundo cubre el resultado de la rebelión, con Vin ya establecida como nacida de la bruma y en el tercero se narra la búsqueda definitiva del remedio que evite la ceniza, la bruma y, en definitiva, el fin del mundo. Los personajes principales, la banda de Kelsier y sus adláteres, van evolucionando conforme van sucediéndose los distintos hechos que conforman esta trilogía. El tercer volumen supone un crecendo increíble, en el que poco a poco van encajando todas las piezas del puzzle hasta llegar a un final apoteósico, maravillosamente narrado por Sanderson.

Son libros en los que la fantasía se mezcla con la política y la religión, aderezado con un poquito de romance y crecimiento personal. Se plantean numerosos dilemas de índole sobre los sistemas de gobierno o sobre el origen, utilidad o validez de las religiones que enriquecen la historia de esa rebelión contra el poder absoluto, con una serie de giros de guión en el tercer libro que te hacen ir reflexionando sobre todos estos temas.

La saga Nacidos de la Bruma, o al menos su trilogía inicial, ha sido todo un descubrimiento. La recomiendo encarecidamente y, en cuanto pueda, echaré el guante a los siguientes volúmenes.