Tetralogía Neverwinter, de R.A. Salvatore

Drizzt y Guenhwyvar, uno para el otro

Uno está acostumbrado a llegar tarde a los sitios, eso es algo que vais a poder ir viendo según vaya escribiendo (el día que hable del universo de la saga The Witcher o de la saga Dragonlance, fliparéis). Creo que salvo la obra de Tolkien (que esa sí que la leí "cuando tocaba"), había pasado de largo de este tipo de novela.

Con las novelas de los Reinos Olvidados rozamos uno de los casos más flagrantes. R.A. Salvatore lleva 30 años escribiendo sobre ello (por lo menos), y aquí uno ha llegado a ellas en 2024. Y para más inri, además, empezando por el final, para acabar totalmente desubicado.

Una de las cosas que más me llama la atención es que estas novelas tratan de alejarse de la dualidad Bien/Mal que suele imperar en estas cosas, intentando dotar a los personajes de una cierta escala de grises, cosa que no tenemos en las novelas de Tolkien, donde tenemos buenos buenísimos y malos aterradores. Es más, a lo largo de estos libros el protagonista, el drow Dizzt Do'Urden, sobre quien pivota gran parte de la saga, ha conseguido llegar a caerme realmente mal.

De esta tetralogía me ha gustado mucho la evolución de los personajes de Artemis Entreri y de Dahlia Sin'Felle, sobre todo la de esta última, pasando de ser una despiadada asesina a una persona (elfa) igualmente mortal, pero con un trasfondo que explica muchas cosas. Paralelamente a este desarrollo del personaje asistimos a un Drizzt de personalidad monolítica, incapaz de entender a sus compañeros, de ver cómo evolucionan, anclado a su propia historia y su sistema de creencias de una manera tan cerril que te dan ganas de soltarle una hostia. Él mismo es consciente de su incapacidad, lo que atenúa las ansias homicidas hacia el protagonista, pero no deja de ser curioso que, siendo consciente de los problemas de Dahlia, se quede inmóvil cuando ella le necesite.

A mí la serie me ha gustado. Siendo un completo desconocedor de la saga, me ha enganchado lo suficiente para querer más, así que voy a hacer las cosas bien y voy a empezar por el principio.