La semana del número que no crece empieza mal, revirada. La banda sonora ideal para un día como éste la ponen los veteranos Destruction, que con Birth of Malice publican su 18º álbum de estudio (si no me he perdido contando). Thrash metal furioso, de sonido potente gracias a la producción que les hace sonar nítidos a pesar de la velocidad impresa a los temas. Quizá pequen de ser un tanto lineales, pero el disco resulta, al menos, entretenido.
Otros veteranos que nos traen música nueva son los griegos Septicflesh, que presentan el EP Amphibians. Cuatro temas componen este EP, de los que dos son versiones orquestales. No hay grandes novedades en el sonido de Septicflesh, es más, yo diría que no las hay: han encontrado su nicho en ese black/death sinfónico y de ahí no les mueves. Interesante, pero ya escuchado.
En el heavy metal clásico ya está casi todo inventado, así que Nite intentan innovar poniendo voz black metalera sobre temas de oscuro heavy metal tradicional. La fórmula funciona bastante bien en Cult of the Serpent Sun, su tercer disco, en el que sigue la senda de los dos anteriores. Buen sonido, temas trabajados con todos los ingredientes del heavy metal clásico puestos al día, pero a mí tampoco es que me haya dejado especial poso.
El deathcore se ha ido refinando, pasando de ser una cosa hiperbrutal llena de breakdowns a algo más variado y elaborado. Hymns in Dissonance, último trabajo de Whitechapel, es buena muestra de ello: la identidad deathcore sigue ahí, con esos breakdowns brutales y ese sonido pesado y asfixiante, pero también hay elementos más propios del death metal técnico, cambios de tempo que permiten respirar a los temas y un uso más generalizado de la melodía, lo que hace ganar enteros a los temas.
Cerramos bajando de revoluciones con el EP The Story, la aventura post-Rush del guitarrista Alex Lifeson. Rock guitarrero, con aires pop y progresivos. La voz de Maiah Wynne es la guinda de un EP entretenido que deja con ganas de un disco de larga duración.
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